El tiempo siguió su curso. Kay y Baudi se juntaban frecuentemente en el lago a conversar. El chico siempre veía el lado simple y fácil de las cosas, intentando en todo momento hacerla reír. Ella le regalaba sonrisas tristes, pero sonrisas al fin y al cabo.
Por otra parte, Kay conversaba muchísimo con su prefecto Vincent Zabini, uno de los hijos del director. El muchacho era atento y cortés con ella, todo un caballero. A Davies nunca la habían tratado con tanto respeto en su vida.
Estaba repuntado en sus clases, preparándose diariamente. Un día en la biblioteca se le acercó Terrance Zabini, el profesor de Criaturas Mágicas y Defensa Contra las Artes Oscuras (DCAO)
- Srta Davies, buenas tardes. Me gustaría que se presentara esta noche en mi despacho
Kay sorprendida asintió con la cabeza y esa noche fue donde se le había indicado, encontrándose con Baudi
- ¿Que haces? - Preguntó ella cuando lo vió
- Terrance me dijo que viniera - Dijo con una media sonrisa.
La puerta se abrió y el profesor se hizo presente. Los invitó adentro y luego les dio instrucciones para usar los polvos flu.
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Aparecieron en la mansión Zabini. Era hermosa, no había palabras para describirla. Grandes jardines plagados de flores de distintos tipos la rodeaban , pero las que más predominaban eran las violetas. Caminó tímidamente junto a Baudi y Terrance hacia el patio trasero, allí estaba toda la familia Zabini en su esplendor y otros alumnos de Hogwarts. Comenzaron a hablar entre ellos, una discusión por aquí, cinismos por allá, hasta que el director se hizo escuchar:
- Quien quiera ver un duelo como corresponde, me verá dueleando con Lovegood
Kay sintió que se le apretaba el pecho. ¿Un alumno contra el director? eso no era proporcional. Todos le dieron ánimos al muchacho
- Fuerza, Lovegood - Dijo en un susurro la chica
Y el muchacho sacó su varita y más pálido de lo normal se dirigió al lugar asignado. La niña observó la cara de preocupación en el rostro de todos. Se mordió el labio y no pudo evitar sentirse insegura.
El duelo comenzó y Davies se sorprendió de la fuerza oculta que su amigo tenía. El hermoso jardín comenzó a verse afectado por los diversos hechizos. Luego de varios "bombardas", "sagitaeres", "incendios" y demás Blaise es golpeado por "Everte statum" y es empujado unos metros mas atrás, en el aire gira su cuerpo y pasa su varita por su rostro quitándose una venda que antes Lovegood le había puesto, apoya su mano contraria en el piso lo que le permite estabilizarse y volver a ponerse de pie, apunta directo al alumno
- ¡QUIETUS! - Grita Blaise
Luego con su mano apoyada en el piso pronuncia unas palabras en un idioma antiguo por lo que aparecen manos a los pies de Baudi dispuestos a sujetarlo.
- Increible - Susurra Kay - ¿son... Inferis? - Piensa con preocupación
El duelo continúa y Lovegood se libra solo por pelos de los diversos ataques recibidos. Blaise aparece tras el muchachito y apuntando su varita directo a la columna del joven pronuncia:
- ¡BRAKIUM EMENDO! - Vuelve a mover su varita y grita agitando su varita en reiteradas ocaciones - ¡DIFFINDO!
Kay da un grito ahogado entre sus manos y mira con horror la escena. El duelo se detiene y Blaise socorre al niño con ayuda de su varita y cánticos antiguos, mientras una alumna de Slytherin de cuarto año le da una poción. Davies cierra los ojos y no se mueve de su lugar. Blaise se acerca a ella:
- Davies... te encuentras bien? - Blaise observa a la chica de reojo mientras ve los destrozos de la mansión
- Estoy bien - Contesta Kay, sin abrir los ojos
- Fuiste demasiado duro con Lovegood - Dijo la alumna de Slytherin - Kay debe estar espantada
- No tanto - Dijo Lovegood, notoriamente cansado, pero al parecer bien - He sufrido, pero siendo sincero, he sufrido más.
- ¿Entonces... estas bien Baudi? - pregunta Kay aún con los ojos cerrados
- Si, no te preocupes, nada que una noche cómoda no pueda quitar - le dice Baudi a Kay con una de sus habituales sonrisas
- Mañana por la noche, Novalis, después de... nuestro asunto, deberías batirte en duelo con Kay... le serviría a ambas de practica – Anuncia el Director
- Un duelo... – La alumna de Slytherin se queda pensativa, a lo que Davies solo responde con una cara atónita - Hace tanto que no tengo uno... podría decir que ya estoy nerviosa – Vuelve a decir Novalis.
- No seria malo, les seria una buena practica – Dice Lovegood, luego mira al director y le pregunta- ¿puedo estar presente?
- Bien, es hora de descansar – Anuncia Blaise a todos los presentes. Chasquea sus dedos y aparecen tres elfos - Claro que puedes Lovegood, pero ahora es hora de dormir. Elfos, acompañen a los señores, Lovegood, Rowle y Davies a las habitaciones de visitas... Ya es tarde para volver al Colegio
Antes de irse, Kay se dirige a el director con angustia en su rostro:
- La verdad... no... creo estar preparada para esto
- Si que lo estás Davies... si que lo estás, solo debes confiar en ti misma – Dice con una gran sonrisa y un especial brillo en los ojos.
Kay mirando a los ojos, asiente con la cabeza, pero no encuentra real consuelo en las palabras de Blaise. Es un hombre muy poderoso y sabio, pero eso no es suficiente para que ella se sintiese segura o con menos miedo. La chica miró los últimos destrozos y caminó junto a Novalis y Baudi a las habitaciones de la mansión.
Esa noche no durmió bien. Casi no durmió en realidad... el duelo que se le avecinaba hacía que se sintiera realmente enferma. Comenzó a repasar mentalmente todos los hechizos que conocía y sin darse cuenta en la ya avanzada noche, se durmió.
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